Masacre
perpetrada por un regimiento de las Fuerzas Armadas de Colombia bajo mandato
presidencial de Miguel Abadía Méndez ejecutado bajo orden del general Cortés
Vargas en el municipio colombiano de Ciénaga el 6 de diciembre de 1928 quienes
abrieron fuego contra un número indeterminado de manifestantes que protestaban
por las pésimas condiciones de trabajo en la United Fruit Company.
La Huelga
Varias
versiones afirman que la huelga transcurrió de forma pacífica, no obstante sí
contaba con un nivel de organización y apoyo popular inédito. Los altos
representantes de la bananera movieron sus influencias en el gobierno logrando
que se trasladara un contingente de soldados, al mando del Comandante General
Carlos Cortes Vargas.
Los 25 mil
huelguistas tenían a su favor la simpatía de la población y del propio Alcalde,
de los indígenas de la Sierra Nevada, de los comerciantes y algunos ganaderos
que les enviaban reses para su manutención. Y algo inusitado, por lo contrario
a las ideas generalizadas, fue el hecho de que muchos trabajadores
norteamericanos se solidarizaron con ellos. Se sabe, también, que hubo
deserciones individuales y de grupo en el primer tiempo de la huelga, en el que
obreros y soldados confraternizaron, razón por la cual los militares tuvieron
que remplazar los contingentes y mantenerlos acuartelados.
La Masacre
El 5 de
diciembre fue el día fijado para negociación de los 9 puntos del pliego de
exigencias de los trabajadores. Se estima en 5000 los trabajadores que estaban
en la plaza cuando fueron rodeados por unos 300 hombres armados. Contaban los
sobrevivientes que después de un toque de corneta el propio Cortes Vargas dio
la orden de fuego por 3 veces. Nunca se supo a ciencia cierta la cifra real de
muertos. Las narraciones populares orales y los documentos escritos dan cifras
de entre 800 a 3 mil asesinados, y agregan que los arrojaron al mar.
Encubrimiento oficial
- Según la
versión oficial del gobierno colombiano del momento sólo fueron nueve.
- Otra
versión es aquella contenida en los telegramas enviados el 7 de diciembre, un
día después de la masacre, por el consulado de Estados Unidos en Santa Marta al
Departamento de Estado de los Estados Unidos, donde inicialmente se informaba
que fueron cerca de 50 los muertos.
- Más tarde
en su comunicado del 29 de diciembre indicó que fueron entre 500 y 600, además
de la muerte de uno de los militares.
- Por último
en su comunicado del 16 de enero de 1929 indicó que el número excedía los
1.000. Según el consulado, la fuente de dichas cifras fue el representante de
la United Fruit Company en Bogotá.
Aquel fue el
“bautizo de fuego” de la clase trabajadora colombiana. Vinieron los Consejos de
Guerra, posteriores asesinatos selectivos de otros líderes y cárceles para los
dirigentes nacionales y locales.
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